El concepto de matrimonio temporal es algo casi desconocido
en los países occidentales. Los musulmanes sunníes lo habían rechazado pero en
las últimas décadas, los matrimonios misyar se han extendido,
especialmente entre países del Golfo o Arabia Saudí. El fin de estos matrimonios es proporcionar una
cobertura religiosa de la prostitución. Estos matrimonios permiten además
obtener visados de entrada en países, lo que facilita el tráfico de personas,
además de fomentar el turismo sexual árabe.
En los matrimonios misyar (المسيار significa visita), la mujer
renuncia a derechos reconocidos por el islam como el derecho al domicilio
conyugal o a la manutención financiera por parte del marido. En una fatwa de
abril de 2006, el Instituto de derecho islámico de La Meca autorizó que la
mujer renunciara al domicilio conyugal, la manutención y a la parte que le
correspondería de vida en común con el marido y admite que este la visite a su
conveniencia. Los mismos autores de esta fatwa declararon prohibidos los
matrimonios en los que el marido anula el matrimonio si la mujer se queda
embarazada, alegando que los matrimonios comportarían un elemento de matrimonio
de placer y estos están totalmente prohibidos. En esencia, la pareja sigue
viviendo por separado el uno del otro, como antes de su contrato, y se ven para
satisfacer sus necesidades de forma permisible (halal) de la manera que
les plazca. Los hombres árabes ricos a veces entran en un matrimonio misyar
durante las vacaciones, con el fin de tener relaciones sexuales con otra mujer
sin cometer el pecado de zina o fornicación.
Los defensores de este tipo de matrimonios alegan que
responden a necesidad de algunas mujeres que tienen pocas oportunidades de
casarse, como las mujeres demasiado mayores, las viudas o las divorciadas. Sin
embargo, está demostrado que gran parte de las mujeres que aceptan estos
matrimonios suelen ser mujeres de poco nivel adquisitivo y clases bajas.
El renombrado ulema egipcio Yusuf Al-Qaradawi es uno de los
defensores de los matrimonios temporales. Sin embargo, otros eruditos islámicos
como Ibn Uthaimeen o Al-Albani, por su parte, creen que el matrimonio misyar
puede ser legal, pero no moral. Para Al-Albani, el matrimonio misyar
incluso puede ser considerado ilegal, porque va en contra de los objetivos y el
espíritu de matrimonio en el islam tal y como se describe en el Corán.
A los matrimonios misyar también se les conoce como matrimonios
‘urfi (عرفي), que significa acto habitual, es aceptable para la gente común
por ser una tradición sin requerir de ningún sustento científico o sharia.
‘Urf significa costumbre, deriva de la raíz que indica conocimiento. El
término árabe normalmente se refiere a prácticas diarias conocidas por
determinados grupos sociales y denota una costumbre práctica y verbal.
En un contexto moderno, este término se utiliza para denominar
a los actos que son diferentes a las ceremonias oficiales del Estado. En países
como Egipto, el nikah ‘urfi consiste en un matrimonio que se lleva a
cabo por un clérigo e, incluso, con un representante del Estado como testigo
pero sin la aprobación pública de la novia y/o de sus tutores, es decir, el
acontecimiento de la boda no se hace público y no es oficial.
En el pasado,
estos matrimonios ‘urfi los llevaban a cabo las mujeres viudas de
soldados que no querían perder sus pensiones de viudedad al volver a casarse.
Actualmente la mayoría de matrimonios ‘urfi los realizan las parejas
jóvenes que no pueden pagarse un matrimonio común porque carecen de medios
económicos. Sin embargo, estos matrimonios dejan en clara desventaja legal a las
mujeres debido a que, al ser matrimonios ilegales, si el hombre decide dejar a
la mujer para casarse con otra y no le concede el divorcio, la mujer no tiene
derecho legal a pedir el divorcio. Por lo tanto el marido podría volver a
casarse pero ella, en el caso de casarse de nuevo, podría ser acusada de
poliandria e ir a la cárcel.
En el año 2000 se promulgó una ley en Egipto en la
cual se reconoce el derecho de las mujeres para pedir el divorcio en este tipo
de matrimonios, sin embargo se les niega la pensión y manutención de los hijos,
en el caso de haberlos.
Existe una forma paralela del matrimonio ‘urfi, el llamado zawag al-‘urfi y es una manera halal de ejercer la prostitución. Estos matrimonios se llevan a cabo en secreto sin testigos. La mayoría de los estudiosos islámicos de Egipto condenan este uso del matrimonio.