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domingo, 21 de junio de 2015

Matrimonios temporales

El concepto de matrimonio temporal es algo casi desconocido en los países occidentales. Los musulmanes sunníes lo habían rechazado pero en las últimas décadas, los matrimonios misyar se han extendido, especialmente entre países del Golfo o Arabia Saudí. El  fin de estos matrimonios es proporcionar una cobertura religiosa de la prostitución. Estos matrimonios permiten además obtener visados de entrada en países, lo que facilita el tráfico de personas, además de fomentar el turismo sexual árabe.



En los matrimonios misyar (المسيار significa visita), la mujer renuncia a derechos reconocidos por el islam como el derecho al domicilio conyugal o a la manutención financiera por parte del marido. En una fatwa de abril de 2006, el Instituto de derecho islámico de La Meca autorizó que la mujer renunciara al domicilio conyugal, la manutención y a la parte que le correspondería de vida en común con el marido y admite que este la visite a su conveniencia. Los mismos autores de esta fatwa declararon prohibidos los matrimonios en los que el marido anula el matrimonio si la mujer se queda embarazada, alegando que los matrimonios comportarían un elemento de matrimonio de placer y estos están totalmente prohibidos. En esencia, la pareja sigue viviendo por separado el uno del otro, como antes de su contrato, y se ven para satisfacer sus necesidades de forma permisible (halal) de la manera que les plazca. Los hombres árabes ricos a veces entran en un matrimonio misyar durante las vacaciones, con el fin de tener relaciones sexuales con otra mujer sin cometer el pecado de zina o fornicación. 


Los defensores de este tipo de matrimonios alegan que responden a necesidad de algunas mujeres que tienen pocas oportunidades de casarse, como las mujeres demasiado mayores, las viudas o las divorciadas. Sin embargo, está demostrado que gran parte de las mujeres que aceptan estos matrimonios suelen ser mujeres de poco nivel adquisitivo y clases bajas.
El renombrado ulema egipcio Yusuf Al-Qaradawi es uno de los defensores de los matrimonios temporales. Sin embargo, otros eruditos islámicos como Ibn Uthaimeen o Al-Albani, por su parte, creen que el matrimonio misyar puede ser legal, pero no moral. Para Al-Albani, el matrimonio misyar incluso puede ser considerado ilegal, porque va en contra de los objetivos y el espíritu de matrimonio en el islam tal y como se describe en el Corán.

A los matrimonios misyar también se les conoce como matrimonios ‘urfi (عرفي), que significa acto habitual, es aceptable para la gente común por ser una tradición sin requerir de ningún sustento científico o sharia. ‘Urf significa costumbre, deriva de la raíz que indica conocimiento. El término árabe normalmente se refiere a prácticas diarias conocidas por determinados grupos sociales y denota una costumbre práctica y verbal.

En un contexto moderno, este término se utiliza para denominar a los actos que son diferentes a las ceremonias oficiales del Estado. En países como Egipto, el nikah ‘urfi consiste en un matrimonio que se lleva a cabo por un clérigo e, incluso, con un representante del Estado como testigo pero sin la aprobación pública de la novia y/o de sus tutores, es decir, el acontecimiento de la boda no se hace público y no es oficial. 
En el pasado, estos matrimonios ‘urfi los llevaban a cabo las mujeres viudas de soldados que no querían perder sus pensiones de viudedad al volver a casarse. 




Actualmente la mayoría de matrimonios ‘urfi los realizan las parejas jóvenes que no pueden pagarse un matrimonio común porque carecen de medios económicos. Sin embargo, estos matrimonios dejan en clara desventaja legal a las mujeres debido a que, al ser matrimonios ilegales, si el hombre decide dejar a la mujer para casarse con otra y no le concede el divorcio, la mujer no tiene derecho legal a pedir el divorcio. Por lo tanto el marido podría volver a casarse pero ella, en el caso de casarse de nuevo, podría ser acusada de poliandria e ir a la cárcel. 
En el año 2000 se promulgó una ley en Egipto en la cual se reconoce el derecho de las mujeres para pedir el divorcio en este tipo de matrimonios, sin embargo se les niega la pensión y manutención de los hijos, en el caso de haberlos.  

Existe una forma paralela del matrimonio ‘urfi, el llamado zawag al-‘urfi y es una manera halal de ejercer la prostitución. Estos matrimonios se llevan a cabo en secreto sin testigos. La mayoría de los estudiosos islámicos de Egipto condenan este uso del matrimonio.

martes, 2 de junio de 2015

Divorcio en el islam

El divorcio (طلاق, talaaq), este se considera un derecho en el islam. El esquema de talaaq significa “ser liberado de una obligación”. Un sinónimo de talaaq es إنفصال (infisal), que significa literalmente “separación”. En la legislación del islam shií, el divorcio está permitido bajo las condiciones de talaaq al-sunna, pero no bajo las condiciones más innovadores del talaaq al-bid’a, aceptado por algunos suníes.

“Of all the things permitted by law, the most hateful in the sight of Allah is divorce”.
Hadiz, Sunnan 13.3, Abu Duwad.


El proceso de divorcio comienza con la repetición de la declaración de repudio por parte del marido, que debe decir tres veces a su mujer “te divorcio”. Si, por lo que sea, la declaración se produce por un hombre bajo estado de intoxicación o de gran enfado, esta será inválida. Si el divorcio se produce en un matrimonio no consumado, la mujer puede quedarse con la dote. La declaración de repudio no se puede llevar a cabo cuando la mujer está menstruando. Si la mujer está embarazada, el divorcio no se puede realizar hasta que el hijo nazca.



Divorce is twice. Then, either keep [her] in an acceptable manner or release [her] with good treatment. And it is not lawful for you to take anything of what you have given them unless both fear that they will not be able to keep [within] the limits of Allah. But if you fear that they will not keep [within] the limits of Allah, then there is no blame upon either of them concerning that by which she ransoms herself. These are the limits of Allah, so do not transgress them. And whoever transgresses the limits of Allah - it is those who are the wrongdoers”.
Corán, 2:229.


Se permite un máximo de tres divorcios en cada pareja casada. Entre un divorcio y una reconciliación y posterior boda debe pasar un mes como mínimo, lo que se conoce como tiempo de espera o iddah (العدة). Este periodo de iddah debe respetarse siempre tras un divorcio o la defunción del marido para poder volver a casarse. Entre el segundo casamiento previo divorcio y el tercero, la mujer debe casarse con un hombre diferente, no están permitidas tres bodas seguidas entre los mismos consortes. Una norma importante a tener en cuenta es que el divorcio no se puede llevar a cabo durante los días del mes en los cuales la mujer está menstruando. Si llegara a ocurrir un tercer divorcio, el fiqh no permitiría una boda más entre la pareja, lo llamado nikah halala.



Las mujeres musulmanas, en su papel como esposas, tienen derecho a vivir con su marido en la misma vivienda. El marido debe sufragarle todos sus gastos necesarios durante la vida matrimonial y, en caso de divorcio, durante el tiempo de espera. La mujer tiene derecho, si se encarga de criar a los niños, a una parte proporcional de las ganancias del padre. 


La esposa puede pedir la disolución del matrimonio de su marido, por mutuo consentimiento. También puede pedir el divorcio ante el juez por razones legales, en el marco de la ley islámica. La esposa hereda de su marido igual que hereda de sus padres, hijos y parientes. La esposa merece estas retribuciones sea cual sea su situación económica y sus bienes particulares.

Se acercó una muchacha al Profeta y le contó que fue obligada por su padre a casarse. El Profeta le dio libertad para seguir casada o disolver el matrimonio.”
Hadiz de Ahmad y Abu Dawud. 




Respecto al divorcio, lo que para los hombres es el talaaq, para las mujeres existe la khula (خلع). Esto significa que las mujeres pueden separarse de los hombres mediante un pago que les hacen, que puede ser el  pago de la dote que le fue dada cuando se casaron. 

En un aspecto moral se dice que la khula debe utilizarse, al igual que el divorcio, como último recurso en un matrimonio y nunca para complacer deseos carnales de los miembros del matrimonio.  


El caso más famoso de khula en la historia del islam es el de una de las esposas de Thabit ibn Qais. Este tenía dos esposas y una de ellas, Jamilah bint Abdullah ibn Ubayy, no estaba contenta con su marido y pidió al profeta Muhammad que le permitiera la khula para separarse de su marido. Ella alegaba que no se trataba de la fe o la moral de su marido, sino que era su aspecto físico lo que la hacía no querer permanecer casada. Muhammad le dijo: “¿Le devolverás el jardín que te dio?” (El jardín fue la dote que Thabit le dio a Jamilah). Ella accedió y Muhammad ordenó a Thabit aceptar de nuevo su jardín y el divorció de Jamilah.



Si una mujer hace una demanda de khula y el marido la rechaza, es deber del juez el decirle al marido que acepte la petición de su mujer y la deje ir. El tiempo de espera tras un divorcio o iddah es de un mes o un ciclo menstrual para asegurar que la mujer no está embarazada. En el caso del talaaq, sin embargo, el tiempo de iddah es de tres meses. 
Si la pareja rompe el iddah por mantener relaciones sexuales, el divorcio, ya sea talaaq o khula, queda anulado porque se considera que la pareja se ha reconciliado.

“And those who no longer expect menstruation among your women - if you doubt, then their period is three months, and [also for] those who have not menstruated. And for those who are pregnant, their term is until they give birth. And whoever fears Allah - He will make for him of his matter ease.”
Corán, 65:4.

Después del divorcio, el marido es responsable de la educación y manutención de los hijos. Los niños viven con la madre durante siete años. Después de siete años, los niños tienen derecho a vivir con el padre o la madre, ya que ellos deciden. 


jueves, 26 de marzo de 2015

5 claves sobre la crisis en Yemen

RESACA DE LA PRIMAVERA ÁRABE
La “primavera árabe” que azotó el mundo árabe en 2011 llegó también a Yemen y tras diez meses de revuelta interna el país árabe más pobre logró echar a su dictador, Alí Abdula Saleh, que llevaba 30 años en el poder, a través de un plebiscito en febrero de 2012. Su lugar lo ocupó su número dos, Abd-Rabbu Mansour Hadi, que ha intentado liderar una transición en la que Saleh y sus allegados han permanecido en la sombra defendiendo sus intereses.
GUERRA SECTARIA
Un estado tradicionalmente frágil por la dificultad de Saná para controlar las remotas zonas tribales y las ansias secesionistas al sur, se encuentra ahora con un conflicto sectario abierto entre la minoría zaydí (confesión derivada del chiismo) y la mayoría suní, a la que pertenecen los dos tercios de los 24 millones de yemeníes. Un esquema que se produce a lo largo de toda la región con la parte chií apoyada por Irán y la suní por Arabia Saudí, convirtiendo al país de turno en un tablero en el que las dos grandes potencias ajustan cuentas.
GOLPE DE LOS HUTÍES
Los hutíes (la milicia de los zaidíes) ha pasado de combatir al estado central (6 guerras) en el norte de país a tomar el poder en Saná y controlar otras siete provincias. El grupo formó parte de la gran mesa de diálogo nacional abierta tras la caída de Saleh y firmó el acuerdo de paz, pero en septiembre dejó la vía política y desplegó sus tropas en la capital en un movimiento que llamaron “revolución”, pero que opositores y países vecinos como los miembros del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG, formado por Arabia Saudí, Kuwait, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos, Omán y Catar) califican de “golpe de estado”. Estos países acusan al ex presidente Saleh de apoyar el golpe.
AL QAEDA
Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA, brazo de Al Qaeda surgido tras la fusión de las ramas de Arabia Saudí y Yemen) ha encontrado en las provincias del interior de Yemen un santuario similar al que ofrece la frontera “Af-Pak” donde se encontraba Osama Bin Laden y donde se sitúa al actual número uno del grupo Ayman Al Zawahiri. El país engendra desde hace tres décadas a la bestia del integrismo islámico en lo más profundo de sus entrañas, acogida en valles y desiertos alejados de un poder central incapaz de suplir las leyes tribales que imperan en las provincias. Estados Unidos ha tratado de combatirlo a través de aviones no tripulados.
ESTADO ISLÁMICO
En medio del caos provocado por el golpe de los hutíes el grupo yihadista Estado Islámico (EI) irrumpió en la escena yemení después de que una rama de Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA) jurara lealtad al califa Abu Baker Al Bagdadi en la provincia de Dhamar, formando el primer núcleo del EI en suelo yemení. De confirmarse la autoría, la matanza de las mezquitas ha podido ser su tarjeta de presentación.

sábado, 31 de enero de 2015

Michelle Obama sin velo en Arabia Saudita, ¿estáis de acuerdo?

Originalmente publicado en próxima salida, MARRAKECH:
Michelle Obama sin velo en su visita a Arabia Saudita para presentar sus respetos a raíz de la muerte del rey Abdalá y conocer al nuevo rey, Salman.
obama
¿es correcto no usar velo en una visita a países con obligación de cumplir la norma islámica que obliga a las mujeres a llevar velo en público, a pesar de que no se exige a las extranjeras? o por el contrario, ¿el vestuario de Obama puede ser una declaración a favor de la igualdad mucho más clara que si hubiera tenido un micrófono delante?.
¿Que pensáis?

domingo, 28 de diciembre de 2014

Encarceladas por conducir


Sí, en Arabia Saudí, ¿dónde si no? No hay otro país en el mundo que prohíba conducir a las mujeres. O mejor dicho, ninguna ley del Reino del Desierto lo prohíbe de forma expresa, pero las autoridades sólo conceden el carné a los hombres. Así que como también son válidos los permisos de conducir del resto de los países del Consejo de Cooperación del Golfo (que además de Arabia, incluye Emiratos, Kuwait, Bahréin, Qatar y Omán), la joven saudí Loujain Hathloul decidió el pasado día 1 conducir desde Dubái hasta su país con su licencia emiratí. Apenas había pisado territorio saudí, cuando los policías le confiscaron el pasaporte y el coche, mientras la retenían en el puesto fronterizo.
“Es un intento de apoyar la campaña por el derecho de las mujeres a conducir”, había explicado sobre su acción en un vídeo colgado en YouTube en el que se la ve dirigiéndose a la frontera con Arabia Saudí. Al día siguiente, también detuvieron a Maysaa Alamoudi, una amiga que acudió en su coche a llevarle agua, comida y una manta, desde Dubái donde reside. Hathloul, de 25 años, fue enviada a un correccional de menores de Al Ahsa y Alamoudi, de 33, a la prisión central de la misma localidad, en la Provincia Oriental.
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Las activistas Loujain Hathloul y Maysaa Alamoudi, en sendas imágenes difundidas por la campaña saudí por el derecho a conducir.
 Aunque no han hecho públicas las razones de esa medida, los responsables saudíes han informado a las familias de que la detención va a extenderse 25 días más. Ambas han sido interrogadas sin contar con la presencia de un abogado, aunque se les ha permitido recibir visitas de familiares y hablar por teléfono con ellos.

“Su detención forma parte de una política continuada y sistemática de hostigamiento a los activistas que defienden el derecho de las mujeres a conducir por parte de las autoridades saudíes”, denunció el Centro del Golfo para los Derechos Humanos. La web de esta ONG, que fue la primera en dar la alarma sobre la detención, fue inmediatamente censurada en Arabia Saudí.
Las dos mujeres apoyan la campaña popular contra la prohibición de conduciriniciada hace tres años al hilo de la primavera árabe, aunque el movimiento tiene sus raíces en la década de los noventa del siglo pasado. Sus organizadoras explican que la medida pone de relieve el problema más amplio de las leyes de custodia que convierten a las saudíes en eternas menores, sometidas para siempre a la supervisión de un varón, sea el padre, el hermano o el marido.
“Las degradantes restricciones a las mujeres del Gobierno saudí son una vergüenza para el país, y no para las valientes activistas que se levantan en defensa de sus derechos”, ha declarado Sarah Leah Whitson, la directora para Oriente Próximo de Human Rights Watch (HRW). Esta organización de defensa de los derechos humanos exige la inmediata liberación de ambas activistas y que se levante el anacronismo que impide conducir a las mujeres.
Según la interpretación del islam de los ulemas saudíes, permitir que las mujeres conduzcan incitaría al libertinaje. No obstante, en ningún otro país del mundo islámico existe tal prohibición, ni siquiera en los conservadores vecinos del Golfo.
Por Ángeles Espinosa.