De origen yemení, se instaló y vivió en Granada, donde formó parte de la corte del rey Muhammad V al-Ghanî. Su influencia en la corte del reino provocó muchas envidias, generando conspiraciones contra él, acusándole de ir en contra del islam. Debido a esto, se vio obligado a exiliarse al norte de África. El rey Muhammad le condenó por desertor, influenciado por los muchos rumores difundidos por los opositores de Al-Jatib. Finalmente fue mandado torturar e ingresó en prisión, en Fez, donde fue estrangulado hasta la muerte. Al día siguiente fue enterrado en el cementerio de la puerta de El-Mahruk ("la puerta del quemado"), pero al día después, apareció exhumado y quemado.
Bab El-Mahrouk (puerta el-mahruk) en Fez |