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miércoles, 2 de julio de 2014

Descorriendo el velo islámico, por Farid Kahhat

El hiyab solía simbolizar la inferioridad de la mujer, como su inferioridad en el Islam, ahora ¿qué representa?
hiyabAunque haya amainado en tiempos recientes, el debate en sociedades occidentales en torno al velo islámico (o hiyab), siempre me pareció desproporcionado. Cuando sus implicaciones sobre la condición social de la mujer son puestas en perspectiva, resulta evidente que existen otros temas que hubiesen ameritado mayor atención, pero que no la recibieron.
Tal vez ello se explique por el hecho de que el valor simbólico que se le atribuye al hiyab en algunos medios europeos o estadounidenses abreva del pensamiento colonial sobre el oriente producido a partir del siglo XVIII: en este, el hiyab solía simbolizar tanto la inferioridad de la mujer en el islam, como la inferioridad en general de la cultura islámica.
Lord Cromer, quien entre 1883 y 1907 gobernara Egipto en representación de la corona británica, mencionaba –entre otras cosas– el hiyab cuando sostenía en 1908 que “la posición de la mujer en Egipto es un obstáculo fatal para conseguir la elevación de pensamiento y carácter que debe acompañar la introducción de la civilización europea”.
Pareciera pues que remover el símbolo de su inferioridad (el hiyab), fuese condición para iniciar el proceso de liberación de la mujer musulmana. La prenda entonces estaría intrínsecamente asociada a la subordinación social de la mujer, ignorando la posibilidad de que quienes la usan pudiesen dotarla de un significado social distinto. Lo cual resulta paradójico cuando recordamos el cambio de significado social que se produjo dentro del imaginario feminista respecto a otra prenda de vestir: la minifalda.
No pocas feministas en las décadas del 60 y 70 creían que la minifalda convertía a la mujer en un mero objeto de deseo para el hombre, al tiempo que contribuía a que la autoestima de la mujer dependiera de su capacidad para atraer físicamente a los hombres. Hoy en cambio existen feministas que perciben el uso de la minifalda como un ejercicio de su libertad de elección, cuando no como un desafío a la moral conservadora que encuentran en su entorno social.
Algunas posiciones en el debate actual en torno al hiyab recuerdan ese precedente. Es el caso, por ejemplo, de Nadiya Takolia, ciudadana británica de ascendencia musulmana quien hasta unos años después de culminar sus estudios universitarios jamás había usado velo alguno. Cuando explica por qué decidió convertir el hiyab en parte de su indumentaria, indica que este “significa una multitud de cosas para las mujeres que eligen usarlo”, y que “en una sociedad en la que el valor de una mujer parece focalizado en su atractivo sexual, algunas lo usan de manera explícita como una declaración feminista que reivindica un modo alternativo de empoderamiento femenino. La política y no la religión es la motivación aquí. Yo soy una de esas mujeres”.
Presagiando la crítica de que su argumento es similar al que podría esgrimir una mujer religiosa y conservadora, Takolia añade: “El tema en cuestión no es la búsqueda de protección frente a la actitud lasciva de los hombres. Es mi forma de decirle al mundo que mi femineidad no está disponible para consumo público”. Se trata ciertamente de un argumento que podría someterse a un escrutinio crítico, pero creo que emergería de él mejor librado que la presunción contraria según la cual toda mujer que usa el hiyab es, a priori, una víctima del patriarcado.fraid kahhat
Farid Kahhat es analista político de la PUCP de Lima, Perú. Escrito para El Comercio.




7 comentarios:

  1. Estoy muy de acuerdo contigo en que el debate del velo está sobredimensionado en Occidente, especialmente porque hay una gran libertad en cuando a la forma de vestir. Por eso no entiendo del todo la actitud prohibicionista (con matices, no tengo una opinión muy clara sobre lo que se debe hacer). Sin embargo creo que lo sangrante viene cuando es impuesto sin alternativa como ocurre en Arabia Saudí o Irán. Es inviable que una mujer salga sin niqab o chador directamente porque la vida se le complicaría demasiado.

    En cualquier caso, es un asunto tan complicado y con tantas aristas, que es difícil dar con la fórmula magistral.

    Un saludo

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    1. Hola Moisés, gracias por tu comentario.
      Al tema velo se le juntan varios factores que dificultan su uso.
      El principal es la obligación a usarlo impuesta a las mujeres en muchos países, sobre todo el burka que da una imagen tan agresiva. A esto hay que sumar la supuesta sumisión que implica el velo, tal y como se ve en Occidente, suponiendo que a las mujeres se les exige (por religión) una sumisión obligatoria al hombre, cuando no es algo religioso sino de sociedades.

      En mi opinión, la solución es la simple tolerancia dejando que las mujeres (y todas las personas) muestren su fe de la manera que quieran. Y en el caso de que las mujeres musulmanas quieran llevar velo, que se las eduque en derechos e igualdad de género, y que ellas decidan si quieren usar velo o no partiendo de bases con conocimientos adquiridos.

      Espero haberme explicado bien. Un saludo :-)

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    2. Olvidándonos de la visión occidental del velo islámico, en la que (estoy muy de acuerdo contigo) se olvida el aspecto social/cultural, creo que das con la solución: tolerancia y libertad. Lo cual lleva a un amplio debate sobre la igualdad de género en el mundo musulmán. En un hipotético mundo ideal, las mujeres que lo quieran llevar, adelante con su decisión y viceversa. Pero actualmente el caso de la libertad absoluta se da en pocos sitios y en determinados ambientes. En los países más conservadores aún es una quimera la libertad de elección. Esa es mi preocupación.

      Un saludo

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  2. ¡Muy buenas!
    Llevo un tiempecito leyéndote, y bueno, creo que ya me tocaba aparecer por alguna parte xD.

    Te hablo desde mi total ignorancia ante el mundo árabe (y musulmán por extensión), pero me considero una mujer de mundo y siento que cualquier conocimiento es bienvenido. Muy especialmente, el conocimiento que físicamente está tan distante y que nos habla de cultura y sociedad. Así que me cuelo en tu blog principalmente para darte las gracias por compartir tus conocimientos en forma de posts tan agradables de leer, cortitos, directos, con sustancia y dando tu opinión. Creo que se nota cuando alguien tiene el ojo enfocado hacia los Derechos Humanos, la Libertad y la Multiculturalidad, así que desde el primer momento te leo con una sonrisa.

    Sobre el hiyab, creo que existen dos problemas paralelos e inseparables: el velo en las comunidades islámicas y el velo fuera, en la cultura occidental. Lo que nosotros decidamos (legislativamente) y pensemos aquí depende de la visión que tengamos de los musulmanes como cultura. Y creo que ahí nace uno de los principales problemas: la visión negativa de la gente gracias a los medios de comunicación que, como siempre, nos enseñan sólo lo que interesa (lo peor, en este caso). Si a nosotros no nos llegan las imágenes y las palabras de esas mujeres que voluntariamente llevan velo, que están rompiendo esquemas, que se están levantando y tomando la decisiones argumentadas, y nos quedamos con que éstas son unas sumisas ¿cómo vamos a aceptar el uso del velo en nuestro país? Es imposible. Información, libertad de expresión, intercambio de opiniones, experiencias y educación. Desde mi punto de vista, eso es lo que nos hace falta antes que nada.
    Sobre lo que pasa en otros países con unas normativas explícitas y dolorosas que ahogan de un modo u otro la voluntad personal, sólo sé dejar caer un suspiro al aire esperando que, poco a poco y como decís, la tolerancia y la libertad llene los pulmones de la gente. Si las cosas marchan bien allí, creo que aquí seremos capaces de, como mínimo, respetar aquí a cada mujer musulmana desde el entendimiento, tome la decisión que tome.

    A lo mejor me he ido un poco por las ramas (y perdón por la extensión), pero es lo que me ha sugerido la lectura ^^’ Lo dicho, te leo por estos lares y mil gracias por tu labor.
    ¡Un saludo!

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    1. Hola Serena!!
      Muchísimas gracias por leerme todo este "tiempecito" jejeje! Aprecio mucho tus palabras, me animan un montón a seguir escribiendo aquí y me alegra que hayas cogido la dinámica que le quería dar a este blog :-D

      Respecto a lo que dices el hiyab, te doy toda la razón. La visión que llega a España (por ejemplo) del mundo árabe está muy manipulada. Esta misma mañana, un chico (vía twitter) pensó que yo era árabe y me dijo que "me pusiera el burka" y "me fuera con mis amigos los yihadistas". Con esto quiero decir que el mundo árabe es mucho más que burkas y radicales, y me parece muy triste que solo nos llegue a la peor parte con la de cosas buenas que hay. Ojalá algún día cambie esto.

      Un saludo!! :-)

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  3. En las sociedades civilizadas como las de América latiana ó Europa ó América del Norte, Canadá, Rusia, Australia, etc…, no tiene sentido este rollito del niqab y sus burkas. Resulta que a estas señoras y señoritas de procedencia islamista, sus leyes Sharia en sus países de origen (ó por ascendencia que es lo mismo ya que los hijos nunca llegan a considerarse como miembros del país ocupado, sino como islámicos sin mas en sus familias) las obligan a llevar estos telones “para protegerlas” (no por sumisión a sus maridos según dicen ellas mismas) Pues bien, eso no es de extrañar ya que en estos países islámicos, a las mujeres se las suele violar casi a la menor de cambio y en muchos casos las “leyes” de sus países las condenan siempre a ellas tras haber sido violadas (por ej. “por no haber gritado suficiente” ó por no presentar 4 testigos varones por ej) Por si fuera poco en muchos casos tras la violación, sus “justicias” Sharia llegan a condenarlas a casarse con sus violadores. Es una verdadera pasada. Es por esto que las mujeres van bien tapaditas” hasta los tobillos, solo con una ventanuca para ver. Y no es de extrañar, ya que la “educación” de esos hombres en sus paises de origen deja mucho que desear y todo “les provoca”. Por suerte en Occidente esto es muy diferente (aunque hay alguna violación, ni por asomo las cifras son las mismas y de hecho gran número de las violaciones de Occidente son cometidas casi siempre por musulmanes) y los hombres de Occidente en nuestra inmensa mayoría tenemos cultura y educación al respecto para saber RESPETAR a las mujeres aunque no vayan cubiertas con absurdas pañoletas. Por otro lado, a diferencia de lo que les pasa a los hombres de sus países de origen, nosotros, los hombres de Occidente no vemos a las mujeres (repito en nuestra inmensa mayoría) como “una presa sexual” como suelen hacer ellos, sino como personas del sexo opuesto a las que respetamos y aceptamos como maravilosas mujeres que son. Pues esa es la diferencia mujeres musulmanas…cuando vayáis a vuestros paises de represión sexual para los hombres, donde un hombre no ve a una mujer mas que los ojos, y cuando ve a una mujer sin velo todo es “a violar, a violar” pues poneros bien tapaditas. PERO CUANDO VENGAIS A NUESTROS AMADOS PAISES DONDE HAY DERECHOS, LIBERTADES Y EDUCACION, pues a respetar nuestras costumbres y a no intentar imponernos vuestros medievales usos. Pues andando.Jamón y tinto.

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    1. Ante todo, TE EXIJO RESPETO a todas las personas sea cual sea su género, credo o nacionalidad (lo exijo tanto a ti como a cualquier persona que comente en mi blog).

      Machismo existe en todos los países del mundo y España con el número de muertes por violencia de género, ley del aborto y más burradas no me parece un ejemplo perfecto de país super respetuoso a las mujeres. Cierto es que en los países que se rigen por la Sharia (que no son todos los países islámicos), los derechos de las mujeres no están tan avanzados como en otros países pero en los últimos años se están realizando grandes avances y esto es lo que nos debería interesar fuera de los países árabes.
      Dejemos de criticar y echar en cara y de hablar sin saber en muchos casos, y empecemos a escuchar a las mujeres árabes y a las mujeres musulmanas porque quieren progresar y exigen sus derechos, cada vez más, y nuestra obligación es escucharlas y apoyarlas, en lugar de señalarlas y victimizarlas.

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