Querido Sr. Presidente,
espero que se encuentre bien al recibir esta carta. Por favor, déjeme presentarme. Soy una mujer egipcia.
Permítame comenzar diciendo por qué he escrito esta carta. Tengo fe absoluta en mi país. No solo creo en el poder de mi gente, sino que también creo en los pilares que mantienen unida nuestra sociedad. Como egipcia, creo en Egipto.
Esta carta no tiene valor político. El propósito de esta carta no es crear controversia o amenazar la seguridad nacional. Hoy le escribo como ciudadana a su presidente. Estoy interesada en el fortalecimiento de los lazos entre nosotros para beneficio de Egipto. En otras palabras, solo deseo que usted pueda llegar a conocerme mejor.